Cada 23 de mayo, desde 1988, recordamos la histórica Marcha Blanca. Aquel hito en el desarrollo del movimiento sindical docente en Argentina, en lucha por Paritaria Nacional, salario unificado y Ley Nacional que garantice el financiamiento para la educación.

Para todas y todos quienes marcharon, esa gran lucha colectiva significó reconocerse como trabajadoras y trabajadores, sujetos de derechos y comprometidos políticamente con la transformación social.

Desde entonces, a lo largo de estos años, hemos obtenido triunfos y retrocesos a lo largo de nuestro incesante caminar y nuestra inquebrantable voluntad de lograr mejoras para nuestro colectivo docente y las comunidades educativas que abrazamos a diario.

Como les pasa a muchos otros sectores con quienes nos hermanamos en la lucha este último tiempo, sufrimos desde el gobierno incesantes ataques y provocaciones que no buscan otra cosa que hacernos retroceder en materia de conquistas y derechos. Y no lo vamos a permitir.

Con la firmeza y contundencia que nos caracteriza -aprendidas, en parte, de la histórica Marcha Blanca- abrazamos nuestras banderas y decimos bien fuerte para que el gobierno escuche: sabemos de lucha y lo vamos a demostrar. Una, cien y las mil veces que haga falta.

La dignidad late en nuestras venas. No nos van a pasar por encima.

Secretaría de Prensa de AGMER Central